(Pintura de Vicente Romero)
El beso que olvidaste en mi mejilla
¡Quién rejuveneciera un nuevo estío
su talle sobre el tálamo de arena;
la mixtura de luz y piel morena,
el vendaval del párvulo amorío!
Loco en mi soledad, coreografío
el tango de la ola y la melena,
el frescor a coral, la blanca escena
del corazón tallado en el bajío.
Hoy, de entre la maraña de esa historia
volviste por la playa a asir mi mano,
a velar mi pisada por la orilla
y a desaguar tu boca en mi memoria.
¡Ay, quién te devolviese otro verano
el beso que olvidaste en mi mejilla!