lunes, 9 de noviembre de 2015

Érase un beso

(Pintura de Vladimir Kush)

Érase un beso


Érase un beso que invertí en la boca
de un cano amor, que por brotar tardío,
halló mi corazón mitad vacío,
mitad con la apostura de la roca.

Y gestioné con lucidez tan poca
tan insignificante desafío,
que el beso que escancié, sordo y baldío,
hoy al Satán de mi pasión invoca.

Una vez más mi noche fluye lenta,
pastosa en el reloj, y parturienta
de tempestades la infantil pupila.

Ella quizás, cicatrizado el beso,
al recordar musitará tranquila:
Fue una cita de labios… solo eso.