Pintura de Benito Rebolledo
Arribé a la ensenada que acurrucaba un puerto,
a un felpudo de harina; a un albor de verano
que tatuaba espejismos al párpado entreabierto…
a la sima de un pozo esquiva de la mano.
y embarranqué goletas de
piel de caracolas…
mientras mi madre urdía regaños de vainilla
y el asma del poniente silbaba barcarolas.
De
vuelta al mar
Hoy viro al mar el sueño y
mi reloj revierto
con la vista oxidada y el sentimiento cano.
¡A la mar!...que sangrando su azul en mi desierto
vuelve a extirparme versos de timbre gaditano.
con la vista oxidada y el sentimiento cano.
¡A la mar!...que sangrando su azul en mi desierto
vuelve a extirparme versos de timbre gaditano.
Arribé a la ensenada que acurrucaba un puerto,
a un felpudo de harina; a un albor de verano
que tatuaba espejismos al párpado entreabierto…
a la sima de un pozo esquiva de la mano.
Y modelé en la espuma
corazones de arcilla
con la gubia morena del pie saciado en olas,
acometí castillos rendidos a su orilla
con la gubia morena del pie saciado en olas,
acometí castillos rendidos a su orilla
mientras mi madre urdía regaños de vainilla
y el asma del poniente silbaba barcarolas.
Tus versos son una muestra unica de virtuosismo poetico. Aqui, y en cualquier parte, me enorgullece ser tu amigo y brindarte con absoluta sinceridad la admiracion que te mereces...
ResponderEliminarUn abrazo infinito... Elhi
Un inmenso placer tenerte en mi blog, Elhi.
ResponderEliminarCelebro que te gustase este soneto, mi amigo.
Muchas gracias por tu valiosa visita.
Un fuerte abrazo.
gracias por ser como eres
ResponderEliminarGracias sobrino, gracias a ti por estar ahí y por crear esas maravillosas guitarras.
ResponderEliminarYo no puedo hacer otra cosa que admirarte.
ResponderEliminarRealmente, me ha encantado.
Besos!
Gracias Carmen. Tu presencia engrandece el valor de estos humildes versos.
Eliminar