Pintura de R Olbinski
El amor es una pregunta
que intenta alcanzar el ser del otro
Puede haber amor, pero
no existe hasta ser nombrado.
Jacques Lacan.
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Una
huella
Baja el viento hasta el prado el velo de la cumbre
y en el prado convida sus aguas a la fronda;
lega la fronda el verde al hambre de la lumbre
y la lumbre su aliento al viento que la ronda.
Y el aire va y le turba al mar su mansedumbre
rizándole a su espejo una promiscua onda;
ola que torna al puerto en terca servidumbre
preñada de la luna su nacarada blonda.
Todo imprime en su viaje, un estigma, una huella
como el morir, perpetua, o fugaz cual centella;
un signo de presencia bajo el dosel celeste.
Pero mi amor que late sin que se manifieste
no pregona su intriga, ni deja estela alguna
en viento, fronda o agua, en lumbre, mar o luna.
Ese amor que no habla, pero que es más potente en su silencio
ResponderEliminarque un trueno en medio de la noche.
Un beso.
Gracias, mi querida amiga Poeta.
ResponderEliminarBesos, María.
Qué arte el tuyo de hacer un soneto más bello que otro!!..El amor cuando crece en silencio se ahonda en nuestro pecho como espina.Su huella deja, pero decirlo nos libera..Una delicia leerte, poeta
ResponderEliminarBellísimo soneto de gran romanticismo, José Luis!
ResponderEliminarEl amor no pronunciado se queda a media voz entre la espera y lo posible, entre en latido incipiente y los mutuos suspiros.
Abrazos, gran poeta!